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¿Qué importancia tiene la familia durante el tratamiento?

Cuando la noticia del cáncer de mama se revela en la familia, es normal que la paciente y todos los que viven con ella estén un poco confundidos al principio. Esta es una situación nueva y, muchas veces, no se sabe cómo manejar o contribuir en este momento. A medida que pasa el tiempo y la información se vuelve más clara, la tensión tiende a disminuir. Sin embargo, es necesario entender que siempre habrá altibajos a lo largo del tratamiento, y no solo el paciente necesita lidiar con este torbellino de emociones, sino que también la familia necesita organizarse para ser fuerte, con el fin de dar apoyo constante a la mujer.

El apoyo familiar es una base esencial para el tratamiento. Parte de este viaje no solo es cuidar la salud, sino también las relaciones. Por tanto, un paciente con un buen apoyo y apoyo familiar tiende a sentirse más motivado para continuar con el tratamiento.

El cariño y la atención son las primeras precauciones que deben tener las personas cercanas a ti. La segunda forma de ayudar es buscar información sobre la enfermedad y los derechos del paciente, familiarizarse con los médicos sobre los tratamientos, las posibilidades de curación y desmitificar la enfermedad. Cuanta más información tenga sobre el cáncer de mama, menos aterrador le parecerá.

Otra función importante de los familiares hacia el paciente se refiere a la capacidad y disponibilidad para escuchar, es necesario estar preparado para escuchar mucho más que para hablar. Quienes están viviendo esta situación muchas veces solo necesitan compartirla con alguien que realmente sepa escuchar sus dudas, ansiedades y sentimientos, para que juntos puedan buscar información y respuestas. En este viaje no hay una única respuesta preparada, estar dispuesto a afrontar la enfermedad compartiendo la compañía sin convertirse en alguien que está constantemente inseguro por la situación que vive el paciente. Es necesario evitar comentarios despectivos, información insegura sobre la enfermedad o incluso sobre el aspecto de la persona en tratamiento. Siempre hable de cosas agradables, pero también asegúrese de escuchar y compartir cuando la persona que está siendo tratada quiera hablar sobre sus miedos e incertidumbres. Anímela a ser honesta con sus sentimientos, sin juzgar ni mostrar compasión. Sepa que todos somos inseguros, el acto de escuchar y simplemente compartir el momento es mucho más importante que tratar de ofrecer una solución inmediata.

También es importante que la familia sepa que cuidar y dar afecto no significa tratar al paciente como alguien incapaz de realizar sus propias actividades. Cuidar a alguien que se enfrenta a un cáncer de mama significa estar disponible para ayudar y no para realizar todas las tareas por la persona, como si ya no pudiera manejar su propia vida. Es posible que quienes conviven con el paciente tengan que ayudar con las rutinas más de lo habitual, sin embargo, cuando se sienta con ganas, es saludable animarla a mantener la rutina, realizando las actividades diarias y buscando fuentes de ocio y distracción. Ofrecerse como compañía para un paseo, una comida o una salida al cine puede ser especial para el paciente en tratamiento, ya que la sensación de normalidad ayuda a afrontar el problema. Es importante que todos los miembros de la familia comprendan, sin juzgar, ni sientan lástima que los momentos de debilidad surgirán, así que ayude al paciente a aceptar sus límites y respetar los momentos de silencio e introspección. Estas precauciones son fundamentales para que el paciente se sienta más seguro frente a la enfermedad.

También es fundamental que los miembros de la familia comprendan sus propios sentimientos y los acepten como parte natural del proceso, después de que todas las noticias de un cáncer sacudan a todos, no nieguen ni descuiden sus propias emociones, pero trate de no transmitirlas a quienes están sufriendo de la enfermedad. En algunos casos, es común que los familiares busquen apoyo psicológico y apoyo de ONG y grupos de personas que están pasando por un momento similar para afrontar mejor la situación. En momentos en los que el sentimiento de impotencia se apodera de ti, ten en cuenta que, lamentablemente, este es un viaje individual, y que estás cumpliendo tu función y haciendo todo lo que puedes, no dejes que la culpa se apodere de tus emociones. Sepan que la unión de todos es la fuerza que necesita la paciente, ya que el cáncer de mama es una enfermedad que también se afronta con mucho cariño y cariño.

¿Cómo será la vuelta al trabajo?

Cuando terminan los tratamientos contra el cáncer, los pacientes están ansiosos por volver a su rutina anterior, incluido el trabajo. El lugar de trabajo puede ser una fuente de enfoque y propósito renovados después de superar el cáncer. Pero comenzar a trabajar de nuevo requiere una planificación adicional para asegurarse de que el paciente esté listo y cómodo para la transición.

Es posible que regresar al trabajo no sea una opción viable para todos. En ocasiones, algún efecto, físico, emocional o mental, que ocurre como consecuencia del tratamiento, puede cambiar o retrasar el regreso a la empresa. Cuando el paciente se sienta listo para volver a sus actividades, el primer paso es obtener el consentimiento del oncólogo. Este período puede depender de algunos factores:

- Efectos secundarios a largo plazo del tratamiento;

- Los requisitos físicos o de estrés del tipo de trabajo;

- La necesidad de seguimiento.

Si el médico lo aprueba, el siguiente paso es programar una reunión, en persona o en línea, con el responsable de la empresa para la que trabaja y discutir los detalles de la devolución. Es posible implementar alternativas creativas que ayuden a que esta transición sea más exitosa. Algunos ejemplos:

- Trabajar en turnos reducidos;

- Horarios flexibles que permiten citas médicas;

- Compartir proyectos importantes con colegas que tienen una función similar, hasta que pueda asumir el control por completo;

- Licencia por enfermedad no remunerada.

En cuanto a compartir con sus compañeros de trabajo sobre su tratamiento y dejar el trabajo, esa decisión depende de usted. Sin embargo, antes de regresar, debe planificarlo.

Ajustes físicos para trabajar

Hay varios beneficios de volver al trabajo. Aumenta su confianza en sí mismo y proporciona valiosas interacciones sociales. Pero después de haber tenido cáncer, es posible que experimente fatiga, dolor, problemas cognitivos y otros efectos secundarios del tratamiento. Algunos pequeños cambios pueden ayudarlo con estas nuevas limitaciones que experimentará:

- Tome descansos breves para mantener la energía durante la jornada laboral;

- Utilice listas y alarmas para recordarle reuniones o tareas importantes;

- Comente algunas de sus inquietudes con su gerente.

No tema mencionar las dificultades que puede ocasionar su tratamiento.

Ajustes sociales en el lugar de trabajo

Las interacciones sociales en el lugar de trabajo pueden llenar un vacío importante para quienes han tenido que dejar de trabajar debido al tratamiento. Sin embargo, es posible que algunos colegas no respondan bien. Pueden estar confundidos acerca de por qué se van o pueden estar preocupados por cómo su regreso afectará sus trabajos. Mantenga su explicación simple y positiva, ya que esto lo ayudará a volver a conectarse y hará que sus compañeros de trabajo se sientan más cómodos también.

Regresar al trabajo después del tratamiento contra el cáncer no siempre es fácil. Pero con una planificación cuidadosa, el trabajo puede ser una fuente de orgullo y un espacio para socializar nuevamente.

 

 

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